AUTOR DEL BLOG Jose Antonio Enguita Navarro: un coleccionista clásico, tradicional y conservador que os muestra con palabras, fotos y vídeos su mundo y el de Maria Ángeles, su media naranja, lleno de automóviles, música, cine, recuerdos de una vida y la nostalgia de las antigüedades familiares.

31/10/2022

CXXXII ANTIGÜEDADES FAMILIARES (33) MOLINILLO CAFE MARCA ELMA MODELO 1415. AÑOS 30

MOLINILLO DE CAFÉ ELMA. 

Apuesto un ojo de la cara a que si no conservan ustedes uno, al menos lo han tenido alguna vez entre sus manos. Hablamos del molinillo de café Elma, un utensilio de cocina tan popular en los hogares del siglo XX que resulta casi imposible encontrar a alguien que no lo conozca o haya poseído uno. 

MOLINILLO DE CAFÉ FABRICADO POR LA EMPRESA ESPAÑOLA "ELMA" EN SU FÁBRICA DE MONDRAGÓN (GUIPUZCOA). 

SE TRATA DEL MODELO 1415 QUE SE EMPEZÓ A PRODUCIR EN 1924 Y ESTUVO EN PRODUCCIÓN HASTA LOS AÑOS 60 CON LA ÚNICA VARIACIÓN, A PARTIR DEL AÑO 1940, DE LA SUSTITUCIÓN DE LA PLACA IDENTIFICATIVA INICIAL POR UN GRABADO EN LA MISMA MADERA, CON EL NOMBRE DE LA EMPRESA. 

SE FABRICÓ EN CINCO TAMAÑOS DISTINTOS, DEL "00" AL "3".








 

Éste perteneció a mi abuela materna Jorja que, como la cafetera que os enseñamos hace unas semanas, debió comprarlo a finales de los años 30 cuando vino a trabajar del pueblo a Zaragoza




Mecánico, a manivela y por tanto completamente analógico, el molinillo Elma vivió a partir de los 80 un lento declive debido a la aparición de artefactos eléctricos para la misma función o al uso masivo de café ya molido.

Su funcionamiento es sencillo: un depósito superior contiene los granos de café a moler y el café molido se recoge en un depósito inferior, a menudo en forma de cajoncillo o gaveta. El mecanismo de molienda consiste en un manubrio ubicado en la parte superior que mueve la muela moleteada sobre un asiento troncocónico en el interior de la máquina, por el que pasan los granos enteros de café del depósito superior y el polvo obtenido de la molturación cae en el cajón inferior y está listo para usarse en una cafetera. 

 

Desde 1924 la empresa Elma no ha dejado de producir estos magníficos molinos de cafe.

1924: Los socios fundadores, todos ellos de Arrasate, fueron   Gregorio y Eugenio Echevarria, Pantaleón Leibar, Francisco  y Román Vélez de  Mendizábal, Joaquín Arregui, Julio Aguirrebeitia y Daniel Arcauz,   entre los que se encontraban antiguos operarios  y contramaestres de la Unión Cerrajera de Mondragón. El objeto de esta sociedad era la fabricación y venta de toda clase de artículos de cerrajería, tonillería, ferretería, piezas fundidas de hierro colado o maleable o de otros metales.

En un primer momento la firma contaba con un único edificio destinado a fábrica de cerrajería ubicado junto al río Deba y la carretera Madrid-Irun. Este edificio  presentaba estructura de madera y muros de carga en mampostería. Posteriormente la empresa  vivirá un fuerte  crecimiento y  acometerá la ampliación del edificio originario.

En septiembre de 1930 se firma en San Sebastián  el proyecto del  conocido edificio de oficinas, el edificio de la torre,  bajo el título de proyecto de fábrica para la Sociedad ELMA,  del que desconocemos el autor.

Así, en su décimo aniversario,   en 1934,  la empresa era ya conocida a nivel mundial,  especialmente en  los mercados sudamericanos y europeos, dedicada a  la producción de  artículos de uso domésticos como molinos de café, cierres hidráulicos para puertas, infiernillos, heladoras, picadoras de carne, coladores, ollas, etc.  La fábrica  ocupaba  ya 300 obreros y contaba con una superficie edificada de 13.000 metros cuadrados.

Su producto más icónico, patentado en diciembre de 1926, es el molinillo de café con manivela fabricado en chapa esmaltada. Los modelos más antiguos, como el nuestro, tienen el cuerpo en madera. 

En diciembre de 1926 Elma pediría la patente de introducción de «un molinillo con caja para moler cafés y otros productos». Primero de madera y luego de chapa esmaltada, los molinillo de manivela tendrían tanto éxito que pocos años después surgiría una marca de imitación llamada Etna. Aquel utensilio maravilloso molía fácilmente café, achicoria y especias y a partir de los 40 se convertiría en uno de los básicos de cualquier cocina en España. 

 
Los molinillos molían fácilmente los granos de café y la achicoria por lo que se convirtieron en un utensilio popular y básico en cualquier hogar español.
El café forma parte de las rutinas diarias y de las relaciones sociales de los españoles desde hace más de un siglo. Se compraba en grano, por lo que era necesario tener en casa un molinillo. Además, en muchos hogares el café era de calcetín o de puchero, métodos que no necesitan una molienda muy fina del grano.
Su uso fue decayendo con la introducción de los molinillos eléctricos y más tarde con la aparición de los envases de café ya molido, pero en los últimos años sus ventas han vuelto a crecer entre los más puristas.