El Super Cinexin fue el regalo estrella de Reyes de los años 80._______________
¡Vamos a probarlo!
Cinexin fue un proyector de cine para niños comercializado por la compañía española Exin.
HISTORIA
La historia del Cinexín se remonta al siglo XIX, cuando se inventaron los primeros aparatos que permitían crear la ilusión del movimiento a partir de imágenes fijas. Algunos ejemplos son el zoótropo, el praxinoscopio o el kinetoscopio. La idea no era en absoluto nueva en España, y entre otros muchos antecedentes podemos citar el Cine NIC de los hermanos Jose Mª y Tomás Nicolau Griñó, o el zoótropo, un cilindro metálico giratorio que permitía ver figuras en movimiento, y que había sido introducido comercialmente por Agapito Borrás ya en 1897.
En 1968, la empresa británica Chad Valley Toy Company lanzó al mercado un proyector de 8 mm para niños llamado Cine-Projector. Este proyector tenía un diseño muy parecido al del futuro Cinexín: un cuerpo naranja con una manivela manual y una bombilla con lente condensadora. El proyector se vendía con películas cortas de dibujos animados o películas clásicas como King Kong o Frankenstein.
El éxito del Cine-Projector llamó la atención de otras empresas jugueteras, como la estadounidense Kenner, que lo imitó con su Movie Viewer. También lo hizo la española Exin, que en 1971 presentó su propio proyector: el Cinexín. Exin era una empresa fundada en 1956 por José Aleu Pla y dedicada a la fabricación y distribución de juguetes. Entre sus productos más famosos estaban los Scalextric o los Tente.
En 1971, Exin presentó en España una de sus líneas de juguetes más famosas y que se mantendría durante más tiempo en su catálogo general, un proyector de películas para niños que usaba el formato cinematográfico de 8 mm, también conocido como Doble 8.
El Cinexin era un pequeño proyector que solía incluir la lente condensadora en la misma bombilla, funcionaba con 3 pilas LR-20/D, construido con un material plástico naranja, muy resistente, y que contaba con un mecanismo de proyección manual que resultó clave de su éxito, pues era el propio niño quien decidía si hacer avanzar (y a qué velocidad), retroceder o congelar la imagen. La casa Exin lo distribuyó con la referencia 300 y 0800.
Las películas para el juguete se vendían aparte. Estas iban enrolladas en una bobina sin fin, diseñada para evitar tener que rebobinar, lo que hacía sencillo el juego. El enhebrado de la película lo hacía un adulto manualmente. Inicialmente sólo disponibles en blanco y negro
Las películas utilizadas no contaban con una larga duración, su máxima duración era de 30 segundos. No eran películas originales creadas para el juguete, solo eran pequeños fragmentos de películas populares o episodios famosos de la época.
También es importante mencionar que las películas y dibujos animados de la época no contaban con sonido, ya que para ese entonces aún no se utilizaban los sonidos en dibujos animados.
Cinexín, el cine sin fin; se construye a partir de unas bobinas de 8mm pertenecientes a este conocido juego cuya mecánica de funcionamiento, basada en la proyección en bucle, acuñaba el eslogan sencillo de un “Cine sin Fin” con frecuencia anunciado en muchas de las televisiones españolas.
SUPER 8 CINEXIN
Lanzado en 1983, la nueva versión del juguete exhibía una vistosa carcasa de plástico azul y pretendía rectificar algunos fallos de la versión original. Las películas para la nueva versión, por ejemplo, estaban selladas en el interior de un casete cerrado, para hacerlas más resistentes y evitar tener que enhebrarlas. Además se evitaron los soportes del Cinexin de primera generación, lo que redundaba en una proyección más estable. En esta nueva versión se cambió el soporte cinematográfico y se abandonó el uso del 8 mm por el formato más moderno y con mayor definición llamado Super 8. Además, para hacer las películas más resistentes a roturas, se fabricaron sobre soporte de poliéster.
Comparativa
Naranja Mickey 1971 4.5x3.3mm
Azul Donald 1983 5.79x4.01mm
El segundo Cinexin que salió a la venta en España el año 1983 con cintas Super 8 (8mm) de cortos Disney. El Super 8 Cinexin es la versión mejorada el Cinexin. El nuevo modelo podía utilizar películas super 8, en vez de películas de 8mm como su antecesor, aportando mayor calidad y mejor definición a los vídeos. Su funcionamiento era muy fácil: se insertaba el casete, se presionaba el botón de encendido y se giraba la manivela con la mano.
Era un juguete bastante caro, costaba 3.990 ptas de la época y las películas a 550 ptas Poder ser proyeccionista se vendía en una caja azul por lo que actualmente supondría algo más de 100 € teniendo en cuenta la inflación, y con ello, los niños y niñas transgredían los límites de la pantalla, rebobinaban y partían la secuencia narrativa. Así se promocionaba de hecho el juguete, “Cinexín, el proyector de bobina continua. Rápido, despacio, adelante, atrás, incluso, para la imagen. Cinexín, muchas y divertidas películas. Cinexín, el cine sin fin”
Cada película costaba entre 550 y 895 pesetas en 1983, lo que actualmente supondría cerca de 15-25€.
Para poner en cuestión los precios, 32.160 pesetas era el salario mínimo en 1983 y el salario medio anual de los españoles ascendía en 1983 a 1.405.100 pesetas (1405100 /14= 100.364 pesetas de salario mensual medio).
OTROS CINEXIN POSTERIORES
El juguete recibió un duro golpe tras la desaparición de la empresa Exin. Y es que el fabricante español tuvo que cerrar en 1993 por la gran deuda y dificultades económicas.
Super Cinexin, Mini Cinexin
Tras la desaparición de Exin, la empresa Popular de Juguetes (empresa que se hizo con los derechos de fabricación de Exin), rescató la idea, reeditando dos nuevos modelos: el Super Cinexin con sonido y estética más moderna y el Mini Cinexin.
Cinexin de 4.ª Generación (Giro)
En otoño del 2010 la empresa juguetera GIRO presenta el Cinexin de cuarta generación en tres variantes (o diseños): Princesas, Disney clásico y Toy Story. Aparte de un diseño mucho más modernizado que el fabricado por Popular de Juguetes, una de las novedades más destacadas del Cinexin de Giro es que se sustituye la lámpara incandescente tradicional por un led, el cual da una luz más brillante, no se calienta y no gasta tantas pilas. Lamentablemente el número de imágenes por segundo es bastante inferior al Cinexin original, lo que provoca una sensación de saltos y parpadeos que no permite reproducir la experiencia de los primeros Cinexin. La sensación se acerca más a la de la reproducción de una serie de fotografías, no hay posibilidad real de que la acción fluya y la podamos hacer avanzar y retroceder.